Una vez con título en mano dejamos de ser estudiantes para convertirnos en licenciados o ingenieros, cambiamos las mochilas por portafolios y las tareas por proyectos y reportes. Si bien ya todos nosotros trabajamos, de una u otra forma el ira estudiar nos da un tiempo para salir del ambiente laboral e internarnos en el académico, despejamos la mente y convivimos con otras personas.
De ahora en adelante la asistencia no se controla con faltas, el jefe tiene la última palabra y no cumplir con la fecha establecida no significa un simple “cero”. Las presentaciones dejan de ser en confianza con amigos y compañeros sino que ahora se vuelven serias entre gente de altos puestos que espera mucho de nosotros.
Se avecinan grandes retos y experiencias. Termina la preparación para comenzar la aventura, con esto nos convertimos en los adultos que la vida nos preparó a ser.
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